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miércoles, 10 de marzo de 2010

Adiós a la décima

Fracaso de Champions

El Real Madrid ha empatado con el Olympique Lyonnais 1-1 en el estadio Santiago Bernabéu y ha quedado eliminado de la Liga de Campeones en octavos de final por sexto año consecutivo.

Los trescientos millones de euros que el presidente Florentino Pérez se había gastado en verano para brindar la temporada de su vida, el año mágico y bla bla bla a la afición blanca, han sido arrojados por la borda y a falta de un par de meses y fracción para el final del ciclo 2010-11 al Real Madrid apenas le queda la ilusión de luchar por la Liga contra el Barça de las 6 Copas.

SENSACIÓN DE GOLEADA

El equipo blanco ha salido como una tromba para marcar el territorio y amedrentar al Olympique Lyonnais. Al minuto de juego Kaká se perdió el primer gol y a los seis Cristiano Ronaldo recibió un balón en profundidad de Guti, perfecto, medido con precisión de relojero, para salir disparado hacia la portería y definir con pierna derecha cruzado y por bajo ante la desesperada salida del meta Lloris. 1-0.

A partir de ese momento el Real Madrid enlazó varias ocasiones de gol. Las más clamorosas, dos de 'Pipita' Higuaín. A los 25' la primera, estrellando en el poste un disparo tras eliminar a Lloris con un amague y a los 27' la segunda, que el propio Lloris (excepcional guardameta) le sacó con una mano en una maniobra de felino.

El Olympique Lyonnais no daba abasto. 'Chelito' Delgado parecía fundido al querer tapar las subidas de Sergio Ramos por su banda, Lisandro López no recibía juego arriba y los centrales Cris y Boumsong reventaban a cualquier parte todos los balones que caían en el área. Había sensación de goleada, en la grada palpitaban un chorreo... pero nada más lejos de la realidad porque el primer tiempo se acabó con el 1-0, una renta exigua.

CAMBIO RADICAL

El nombre de aquel programa de Antena 3 en el que te cambiaban el rostro y lo que hiciera falta para empezar una nueva vida va de perillas para describir lo ocurrido en el segundo tiempo. Puel, entrenador del OL, cambió piezas. Quitó a Boumsong, lesionado para dar entrada a un nuevo central y reemplazó a un inofensivo Makoun para meter al sueco Källström y reforzar el centro del campo azulgrana (sí, azulgrana, aunque ustedes no lo crean de esa guisa jugó el equipo francés).

¿Qué logró Puel? Dar aire a 'Chelito' Delgado, liberarle de obligaciones defensivas y de paso dotar de un compañero ideal a Lisandro López, hasta entonces un Llanero Solitario con botas de fútbol. Encima el Lyon comenzó a presionar más arriba a los de Pellegrini, a ahogar a los mediocentros blancos. Así, con mayor cobertura detrás, liderada la última línea por un Toulalan imperial, Pjanic (el Guti del OL) tuvo incluso mayor capacidad para montar la marimorena en el centro del campo aprovechando que el Madrid se desguarnecía al atacar en masa.

El serbio empezó a manejar los hilos cuan titiritero. Toquecito para aquí, pase en profundidad para allá... Del otro lado, Kaká se llenaba de bola y enardecía al Bernabéu. Cristiano Ronaldo, atado en corto, ya no marcaba diferencias. Como tampoco tenía la posibilidad de disfrutar de faltas directas que le ayudaran a marcarlas. E Higuaín, 'killer' en la Liga, era la imagen de la impotencia al cargar con los fallos en las dos ocasiones del primer tiempo antes descritas.

DESAPARECE LA CARROZA Y QUEDA LA CALABAZA

Creció y creció el Olympique Lyonnais, animándose más y más y así llegó el golazo de Pjanic, tras una gran jugada colectiva que el propio serbio remató para desgracia del madridismo.

El humilde David se cargaba al gigantesco Goliath. Pero no se lo pierdan que hubo más. Lisandro López dilapidó una contra de tres contra uno brutal. Y 'Chelito' Delgado también falló el tiro de gracia. Todo, ante un estadio Santiago Bernabéu enardecido que clamaba sangre. Bramaba la afición blanca exigiendo una guillotina galáctica para este marzo francés. La toma de la Bastilla parecía un juego de niños. Pañuelos por aquí, por allá...

Pellegrini había firmado el acta de su deceso como técnico para dar entrada a Raúl en lugar de Kaká. ¿Se acuerdan de Cicinho y su sentencia es "el Raúl Madrid"?

El brasileño había dejado el césped escaldado. La solución última del míster chileno fue Mahamadou Diarra. El Olympique Lyon a esa altura ya se gustaba. Y se consumó el batacazo. Terrible puñetazo en la boca de un Real Madrid que parecía predestinado a la gloria y va embalado rumbo a un nuevo fracaso.

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