Se podía intuir que el partido no sería fácil, y más con la posición táctica que había empleado Preciado para evitar que el Barça no jugara a gusto. Y lo consiguió. Puyol tampoco empezó el encuentro con la mejor de las perspectivas, ya que una entrada inapropiada de un defensa sportinguista le dejaba el gemelo izquierdo dañado, cuyas molestias arrastraría durante toda la primera mitad. El equipo de Guardiola, por su parte, se ponía manos a la masa y, mediante un gran Iniesta, se la pasaba a Villa que disparaba sin ángulo y que Cuéllar paraba en dos tiempos. Tres minutos después lo intentaba el propio Iniesta disparando muy fuerte, pero sin suerte.
Villa, la referencia en ataque
El Sporting, por su parte, aprovechaba los pocos balones que recuperaba e iniciaba contragolpes con el objetivo de sorprender, como ya hiciera el Hércules, a la zaga azulgrana. En el minuto 10, Bilic disparaba algo desviado fuera de portería y muy forzado. Aun así, el Barça seguía a lo suyo, pero con dificultades. Los de Preciado, con las líneas muy juntas, bloqueaba todos los ataques, pero impedía que el Barça desbordase y encontrara espacios para meterse en el área pequeña. Lo único que parecía funcionarles eran los balones largos. Sin la chispa de Messi, Villa se convertía en la referencia, pero el asturiano no parecía tener el día. Lo intentaba, se internaba hasta dentro, pero el gol se le resistía. En el minuto 19 disparaba al palo izquierdo de la portería de Cuéllar, que le adivinaba las intenciones. Dos minutos después, Iniesta, muy participativo, se sacaba de la manga un jugadón llegando hasta el palo izquierdo, pero que no llegaba a completar por salirse el balón fuera del terreno de juego.
El gol se resiste
A esas alturas, los nervios en el Camp Nou estaban a flor de piel. El gol no llegaba, se le resistía al Barça aún las ocasiones claras que había tenido. El 'Guaje' enviaba el balón rozando el palo, de nuevo, tras un pase de Maxwell. A esas alturas, el ritmo característico del juego azulgrana se había relentizado, ofreciendo una imagen poco usual, pero igualmente temida. Rozando el descanso, dos ocasiones importantes. Keita aparecía por primera vez en el partido disparando desde fuera del área, mientras que Villa, insistente donde los haya, disparaba el balón en el lateral de la red, aprovechando un pase en profundidad de Iniesta.
Premio a la persistencia
En la segunda parte, Piqué, que disfrutaba de un partido de descanso, se veía obligado a saltar al terreno de juego por las molestias que sentía Puyol durante toda la primera parte. Y si hay un dicho que propaga que quién la sigue, la consigue, Villa puede ser un ejemplo perfecto. Después de que el gol de le negara durante los primeros 45 minutos, el asturiano entraba con todo en el área y batía a Cuéllar con un disparo cruzado. El Barça obtenía el premio a la perseverancia, aunque nada estaba seguro. El Sporting no estaba en absoluto fuera del partido y encontraba las ocasiones necesarias para poner contra las cuerdas al Barça. Xavi, por dos veces, lo intentaba en el minuto 59 disparando fuera y desviado. Quería entenciar, pero, después del gol, la historia se volvía a repetir. Alves tuvo una muy buena oportunidad en el 74, pero remataba forzado ante el obstáculo defensivo de Botía. Aún así, el balón rozaba el palo por poco.
El Sporting presiona hasta el final
Villa, aún ambicioso, tenía en sus pies el que podría haber sido el segundo tanto culé. El 'Guaje' se daba la vuelta en la frontal del área y 'picaba' el balón que se marcha por encima del larguero. El Sporting, muy activo al final, no daba el partido por perdido y quería amargar el dulce a la afición. En el minuto 43, Morán ponía el susto en el cuerpo internándose por el lateral y forzando un córner, que resultaría a una jugada ensayada que chocaba ante la presión de Villa. El partido acababa con una victoria por la mínima y sufrida y ofreciendo un partido algo aburrido con falta de chispa, la primera de la temporada en casa.
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