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miércoles, 14 de julio de 2010

Las armas del Barça para fichar a Cesc



El FC Barcelona, es decir, su junta directiva, es plenamente consciente de la extrema dificultad que entraña acometer el fichaje de Cesc Fàbregas. El club propietario de los derechos del futbolista catalán, el Arsenal, sabedor de que tiene la sartén por el mango, no lo va a poner nada fácil si bien, como es obvio, todo se trata de una estrategia convenientemente estudiada.

La situación está en punto muerto, o lo que es lo mismo, en la línea de salida, porque a día de hoy, el FC Barcelona presidido por Sandro Rosell tiene que partir de cero si desea hacerse con los servicios de Cesc, un jugador que se marchó del Camp Nou a los 16 años para fichar por los ‘gunners’.

A favor de la entidad azulgrana juegan varios factores. El primero y más importante es que, no estando ya Joan Laporta al frente del club, las relaciones entre el Barça y el Arsenal se han normalizado y vuelven a ser excelentes. Rosell tiene muy buenas relaciones con los máximos responsables del club inglés, especialmente con su director general, Ivan Gazidis.

El segundo factor que vale su peso en oro es la voluntad del futbolista. Cesc ya ha pedido al Arsenal, por activa y por pasiva, que le traspasen al FC Barcelona. Lo saben los máximos responsables de su club y cómo no su entrenador, el francés Arsène Wenger.

Hace unos meses, antes de irse al mundial de Sudáfrica, el técnico ‘gunner’ le dijo a Cesc que se marchara tranquilo con la selección española porque él le ayudaría a que fuera feliz en el futuro. Esa promesa la entendió el jugador catalán como una declaración de intenciones... la de avenirse a un traspaso al Barça, claro.

La semana pasada, entre el sábado y el domingo, el presidente azulgrana pudo contactar con Wenger en Johannesburgo, donde se encontraba como comentarista del Mundial para una cadena de televisión francesa. No ha trascendido absolutamente nada de la conversación que mantuvieron Rosell y el entrenador de Cesc, si bien en la prensa inglesa se recogían informaciones donde se decía que Wenger sólo atendió a Sandro para informarle que su pupilo no estaba en venta.

El FC Barcelona, de momento, no tiene prisa, porque sabe que hay tiempo hasta el 30 de agosto para contratarle. Y también sabe que Cesc acaba su contrato el 30 de junio de 2012. Es decir, en junio del próximo año sólo le quedaría una temporada por cumplir y eso significa que, en caso de ser traspasado, o si no renueva, su precio de mercado baja automáticamente, y como mucho, hasta los 20 millones de euros.

Es verdad que Cesc firmó un contrato de cinco temporadas más una extensión de tres más, pero esa relación contractual, a los ojos de la FIFA, no tiene validez, porque el máximo organismo sólo autoriza, como máximo, los contratos por cinco años. Eso es a nivel oficial. Otra cosa es lo que se firme a nivel privado, pero que, en caso de incumplimiento, no puede ser denunciado.

El Barça entiende que, actualmente, el precio de mercado de Cesc no es superior a lo que se pagó recientemente por Villa: 40 millones de euros. Cualquier cantidad de dinero superior a esta cantidad hará que el Barça se retire de la puja por el centrocampista de Arenys. Rosell, según hemos podido saber, tiene varias argumentaciones a la hora de hablar con el Arsenal. La primera, es que Cesc es un jugador salido de la cantera del Barça y que se marchó al Arsenal a coste cero y después de una polémica negociación que enojó muchísimo al Barça y al propio Rosell, entonces, en 2003, vicepresidente deportivo. Por lo tanto, se trata de un fichaje muy particular y especial. La segunda es que el club inglés lo tiene ampliamente amortizado y, además, tiene cierta obligación moral a entender al jugador y al Barça.

El Arsenal ya rechazó a finales de mayo una oferta oficial por parte del Barça de 35 millones de euros. Esa cantidad, precisamente, es la que la actual junta directiva considera que se ajusta al precio de mercado por el campeón del mundo.

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